Al iniciarse este sábado el famoso carnaval de Venecia, las autoridades locales empezaron a probar un nuevo sistema de control que permitiría hacer un seguimiento de la afluencia de turistas a la ciudad, que sufre frecuentes problemas de hacinamiento en las horas punta.
El sistema de sensores y cámaras se ha instalado en las calles más transitadas de la ciudad con motivo del carnaval, que se celebrará del 8 al 25 de febrero de 2020.
En Venecia, es uno de los periodos más concurridos del año, con miles de visitantes procedentes de distintos países del mundo y hoteles reservados con mucha antelación.
Sin embargo, esta vez, es mucho más tranquilo de lo habitual, ya que el número de turistas en Venecia ha disminuido. Varios visitantes se mantienen alejados tras las destructivas inundaciones que sufrió la ciudad lagunar en 2019, al igual que se cree que otros se mantienen alejados de los viajes por el temor al coronavirus.
En 2020 hasta ahora, los hoteles tienen una media del 70% de ocupación, informa el periódico regional Il Gazzettino, y se han suspendido muchas de las fiestas y bailes de máscaras que se organizan cada año durante el carnaval, incluida la famosa fiesta VIP, el Ballo del Doge, que al parecer “se ha quedado con la mitad de participantes”.
El sistema de recuento de turistas se está probando con la intención de comprender “de dónde proceden los visitantes, cuánto tiempo permanecen en la ciudad y distinguir a los turistas de los viajeros”.
“Hay 34 cámaras situadas en puntos estratégicos de la ciudad, colocadas en círculos concéntricos en torno a los destinos preferidos por los principales flujos turísticos”, informó el domingo a los medios italianos la concejala de Turismo de Venecia, Paola Mar.
“La idea es dar una imagen razonable de la gente que pasa y entender las tendencias en los lugares donde podrían producirse cambios en los flujos”.
Cada cinco segundos, mediante Wi-Fi, el sistema envía datos a una sala de control sobre el número de personas presentes, la velocidad a la que se mueven y en qué dirección concreta.
La medida ha sido diseñada por las autoridades municipales desde hace tiempo como forma de frenar el hacinamiento en algunas zonas de la ciudad lagunera.
“Así podemos predecir cuándo llegarán los peatones a un determinado punto crítico y crear un desvío con antelación para evitar el bloqueo de la circulación peatonal”, explica Mar.
Los funcionarios insistieron en que el sistema respetaría la intimidad de los visitantes “ya que no vigilará los rostros”, aunque dijeron que los sensores “interactuarían con los teléfonos móviles” para averiguar la procedencia de las personas.
“Pronto podremos gestionar bien los flujos, después podremos conocer cada vez mejor a nuestros visitantes y equipar aún más la sala de control inteligente con más información para responder a cualquier otra pregunta”, declaró Mar.
