Aparentemente, nada parece frenar el turismo internacional, salvo quizá el coronavirus. Pero incluso el daño causado por el virus a la industria turística puede ser efímero, ya que los viajes internacionales siguen creciendo.
Según la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas, las llegadas de turistas internacionales (definidos como visitantes que pernoctan) en todo el mundo crecieron un 4% en 2019, hasta los 1.500 millones, a pesar de la incertidumbre por el Brexit, la quiebra de Thomas Cook y varias aerolíneas de bajo coste, además de las tensiones comerciales y la desaceleración económica mundial.
Los sospechosos habituales, Francia y España, encabezaron la lista de destinos más populares. Francia recibió más de 90 millones de visitantes en 2019. España, con solo 46 millones de habitantes y varias manifestaciones de “Tourist Go Home”, recibió 83,8 millones.
Pero los destinos que más crecieron fueron otros. Según la OMT, Oriente Medio (+8%) fue la región de mayor crecimiento, seguida de Asia y el Pacífico, que creció un 5%. Los viajes internacionales en Europa y África aumentaron un 4% cada uno, aunque los viajes dentro del continente americano se situaron a la cola, con un crecimiento de sólo el 2%. Los viajes a Estados Unidos descendieron un 1,3% debido a las tensiones comerciales, las políticas restrictivas en materia de visados y la fortaleza del dólar. Con la restricción de los viajes en avión de China a EE.UU. por temor al coronavirus, la tendencia a la baja de los viajes a EE.UU. parece que va a continuar.
Sorprendentemente, el destino turístico de mayor crecimiento fue Myanmar, el país asiático antes conocido como Birmania. Myanmar ha sido testigo de continuas acciones contra su minoría musulmana rohingya que han sido calificadas de “limpieza étnica”. Aun así, el país, antes aislado, experimentó un aumento del 40,2% en el número de visitantes.
El número dos en la lista de crecimiento turístico fue Puerto Rico, parte de Estados Unidos pero contabilizada por separado. La isla sufrió la devastación del huracán María en septiembre de 2017, que causó la muerte de unas 3.500 personas. Con la reconstrucción de las infraestructuras, este destino turístico de larga tradición experimentó un crecimiento del 31,2% a lo largo de 2018.
El tercer destino turístico que más crece es quizá el más sorprendente. Las cifras de la ONU muestran que el turismo a Irán creció un 27,9% en 2019 sin inmutarse por el gran número de extranjeros detenidos en ese país. Pero como dice secamente The Independent, Irán “probablemente sufrirá un descenso en 2020 dado el actual clima político”, por no mencionar los peligros del sistema de aviación iraní.
Otras zonas conocidas por la inestabilidad o el terrorismo también vieron aumentar el número de visitantes el año pasado. En 2019, los turistas internacionales volvieron en tropel a Egipto (+21,1%) y Turquía (+14%). Incluso el turismo a Túnez, donde el Gobierno británico advierte de atentados terroristas, subió un 13,6%.
El terrorismo, las enfermedades, la lejanía, la inestabilidad, la delincuencia… nada parece ser suficiente para disuadir a una raza especial: el resistente turista internacional. La antaño remota Etiopía se está gastando 5.000 millones de dólares en un nuevo aeropuerto, sin duda para competir con destinos exóticos como Uzbekistán, Azerbaiyán y Kazajstán (que ya figuran en la lista de los 20 destinos turísticos de más rápido crecimiento). Y a pesar de las tensiones internacionales, una posible desaceleración económica y el último terror, el coronavirus, la ONU afirma que el turismo internacional crecerá entre un 3% y un 4% más en 2020.