Un cierre del gobierno podría afectar a sus planes de viaje este otoño, pero las áreas que más podrían verse afectadas podrían no ser tan extensas como cabría esperar. Estos son algunos de los contratiempos más realistas que cabe esperar si el Gobierno no llega a un acuerdo antes del 1 de octubre.
Octubre puede ser la mejor época del año para visitar muchos parques nacionales, pero un cierre prolongado podría eliminar de la lista de cosas que hacer en otoño de este año la posibilidad de ver algunos de los mejores colores que ofrece el país. Aunque los parques nacionales no sean el primer aspecto de los viajes que viene a la mente cuando se trata de la constante aportación del gobierno, algunos no tendrán los fondos que necesitan para permanecer abiertos si la financiación federal no está disponible.
Muchos de los parques más grandes y más visitados disponen de fondos de otras fuentes para cubrir temporalmente las necesidades de funcionamiento en caso necesario, pero aproximadamente un tercio de los parques nacionales se vieron obligados a cerrar durante el cierre de 2018. Muchos de los que permanecieron abiertos a los visitantes lo hicieron con menos servicios para reducir costes, como cancelar programas financiados por el gobierno, cerrar edificios y no dotar de personal las entradas a los parques.
La financiación estatal puede ayudar a salvar esta brecha en algunas situaciones, pero esta alternativa es en gran medida una solución de estado a estado que depende de los recursos disponibles y de lo valioso que sea mantener abiertos ciertos parques para la economía general de cada estado. Por ejemplo, la gobernadora de Arizona, Katie Hobbs, ha declarado que aportará los fondos necesarios para mantener abierto el Parque Nacional del Gran Cañón antes de un posible cierre, pero no todos los parques tendrán esta opción.
El transporte aéreo puede verse afectado si se produce un cierre prolongado, pero es poco probable que estos problemas se noten de inmediato. Si bien esto significa que las preocupaciones en torno a la posible cancelación de vuelos u otros problemas son en su mayoría infundadas por el momento, aproximadamente el 60% de los estadounidenses encuestados indicaron que considerarían cancelar sus planes de viaje si se produce un cierre.
Los nuevos controladores aéreos no podrán continuar su formación durante el cierre, lo que significa que la escasez de personal puede llegar a ser más importante si se les impide cubrir puestos. Se espera que los actuales controladores aéreos, agentes de la TSA y otros empleados aeroportuarios sigan trabajando durante el cierre, aunque no cobrarán hasta que éste finalice.
Algunos centros de tramitación de pasaportes en edificios gubernamentales podrían verse obligados a cerrar, la mayoría de las personas podrán obtener o renovar sus pasaportes durante un posible cierre sin retrasos más significativos de los que ya es probable que experimenten. Es probable que Amtrak, las líneas de cruceros y otras compañías privadas sufran pocas interrupciones, incluso si se produce un cierre prolongado, lo que puede situarlas entre sus mejores opciones si está buscando hacer planes que sea menos probable que tenga que ajustar este otoño.