Antes de la pandemia, el turismo era la principal exportación de Nueva Zelanda, aportando 41.000 millones de dólares para la economía neozelandesa en 2019.
Con la llegada de la pandemia y el cierre de fronteras por parte de Nueva Zelanda, esa cifra se redujo a 26.000 millones de dólares en 2021.
Sin embargo, el turismo interno salvó a la industria del fracaso total.
Los operadores turísticos locales opinan que, para prosperar y no sólo sobrevivir, Nueva Zelanda necesita que vuelvan los turistas internacionales.
Mike Grogan, propietario de Cathedral Cove Kayak Tours, en Hahei, dijo que había perdido el 80% de sus clientes con el cierre de las fronteras.
Grogan dijo que perder clientes era realmente duro, pero los kiwis demostraron ser una ayuda para ellos, pues media barra de pan es mejor que nada. Demostró ser útil; sin embargo, Nueva Zelanda quiere recuperar a sus amigos internacionales.
Turismo de Nueva Zelanda presentó su nueva campaña publicitaria para atraer de nuevo a Nueva Zelanda a los turistas internacionales.
Aunque intentan atraer a turistas globales de “alta calidad”, aquellos que se quedarán mucho tiempo y gastarán mucho dinero, la pandemia ha enseñado al sector turístico que el mercado turístico nacional es importante para su existencia.
El Consejero Delegado de Turismo de Nueva Zelanda, Rene De Monchy, dijo que cree que una de las grandes lecciones es el protagonismo de los visitantes nacionales para el turismo. Dijo que la flexibilidad del segmento se creará en los neozelandeses que salgan de casa.